Existen
piezas de arte tan grandiosas que sobreviven con el pasar de los años, existen
otras que se mantienen en la mente de las personas y alrededor de ellas se
tejen historias fantásticas llenas de misterio. Una de ellas cubre a la Cámara
de Ámbar.
Su
construcción se edificó en el lejano año de 1709 con poco más de cinco
toneladas de ámbar laminado que cubrían los muros y cada rincón del palacio de
Königsberg, un elemento más valioso que el oro puro, como regalo a la esposa de
Federico I, el primer rey de Prusia.
Años después,
se le regaló al zar ruso Pedro el Grande y fue atesorado como una de las
grandes riquezas del imperio ruso. Tras la revolución, la Cámara se amplió y
permaneció ahí hasta la segunda guerra mundial. Después el misterio se
incrementa.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DE LA CÁMARA DE ÁMBAR.
La ocupación
nazi en el territorio ruso catalogó a la Cámara de Ámbar comouno de los trofeos
a recoger en su andar. Los rusos no pudieron esconderla a tiempo por la
envergadura de la obra así que cuando el ejército alemán la encontró fue
dividida en varias partes donde el rastro se pierde.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DE LA CÁMARA DE ÁMBAR.
Rumores
dictan que los alemanes la escondieron en un sitio secreto dentro del castillo
donde fue entregada. Otros que permanece en un tren nazi junto con muchos
tesoros más en suelo alemán. Lo cierto es el reconocimiento que después se le
dio a la obra.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DE LA CÁMARA DE ÁMBAR.
Durante el
año 2003 y al término de los festejos realizados en conmemoración de
los tres siglos de la ciudad de San Petersburgo fue inaugurada por el
presidente ruso, Vladímir Putin, junto con el canciller alemán, Gerhard
Schröder, la nueva “Cámara de Ámbar”, una copia idéntica de la original que
actualmente forma parte del restaurado palacio de la zarina Catalina la
Grande en TsarskoyeSeló.
Sin duda
alguna, los misterios que cubren las grandes piezas arquitectónicas le dan
plusvalía a la obra, la Cámara de Ámbar se vuelve entonces una pieza ideal para
los buscadores de tesoros.
ElíasCababie
Daniel
No hay comentarios.:
Publicar un comentario