martes, 21 de febrero de 2017

Rueda de Kalkirk en Escocia Por Elías Cababie Daniel

Si yo te digo la palabra “elevador”, ¿qué es lo primero que salta a tu cabeza? Quizá uno donde personas suben y bajan. Qué pensarías ahora si te dijera las palabras “elevador de barcos”.
 
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO DE LA RUEDA DE KALKIRK EN ESCOCIA.
Yo tampoco daba crédito hasta que mis ojos lo vieron, pero al momento de hacerlo, entendí por qué los críticos alaban en materia arquitectónica y de ingeniería a la Rueda de Falkirk en Escocia, una obra que combina ambas ramas de una forma eficaz y sorprendente.
 
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO DE LA RUEDA DE KALKIRK EN ESCOCIA.
La rueda ayuda al barco a cruzar un desnivel de casi 24 metros en solo tres minutos, para que las embarcaciones puedan circular de forma fluida. Este es un elevador rotativo que permite 180 grados de movimiento único en el mundo que permite atravesar el Canal Forth and Clyde y llegar al río Clyde en Glasgow. 
 
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO DE LA RUEDA DE KALKIRK EN ESCOCIA.
Desde el punto de vista de la ingeniería, y según la revista, Maravillas de la Ingeniería, la rueda, con un diámetro total de 35 metros funciona a la perfección al tener “brazos” opuestos que se extienden 15 metros a partir del eje y están situados a unos 25 metros uno del otro sobre un eje de 3,5 metros de diámetro. Dos canastas o cajones diametralmente opuestos, con capacidad de 300 metros cúbicos cada uno, llenos de agua, se encuentran en el centro de cada orificio de los brazos. Estos cajones a medida que el gran brazo gira sobre su eje horizontal suben gracias a los rodillos que se ajustan a las medidas de los barcos.

Sin duda alguna, la obra representa un acierto en cuestión calidad, creatividad e ingenio que se fusionaron y dieron como origen una joya de la ingeniería moderna.


Elías Cababie Daniel

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