Al sur de la
península indochina, descansa la ciudad de Camboya, una tierra milenaria que
cubría de gloria e impedía el paso de los conquistadores que provenían del
océano a las grandes naciones asiáticas.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DEL PALACIO REAL EN PHNOM PENH.
Su historia
es rica en tradiciones y en cuestiones arquitectónicas, muchos de sus
monumentos son reconocidos en el mundo, obras que fueron un gran legado de esa
cultura que floreció del siglo IX al XIII cuando el imperio Jemer se empezó a
extender.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DEL PALACIO REAL EN PHNOM PENH.
El palacio
real de Phnom Penh y la Pagoda de plata son una visita obligada, pues
representan dos de los escenarios más importantes Camboya, se extiende por
cerca de 6 hectáreas y comprende nueve edificios como: la sala del trono,
el pabellón de Napoleón III, el pabellón
Phochani, el pabellón Chanchhaya y por supuesto la Pagoda de
Plata.
ELÍAS CABABIE DANIEL. FOTO
DEL PALACIO REAL EN PHNOM PENH.
Se tendría
que hablar a detalle de cada uno pero en su conjunto, el Palacio Real tiene un
elemento que salta a la vista, el color dorado que crea matices de belleza
ideados en el siglo IX. También el trono
real es uno de los espacios más retratados por los millones de turistas que se
dan cita en el lugar.
La Pagoda de
Plata distingue de los demás sitios del Palacio Real por poseer en su
superficie más de 5000 baldosas con este metal, extendidas en el suelo que
soportan un par de estatuas muy bellas de Buda, hechas con oro y cristal.
Sin duda
alguna, el Palacio Real debe ser una visita obligada para todos los amantes de
la cultura asiática.
Elías Cababie
Daniel
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